jueves, 28 de abril de 2011

Dando un paseo por el parque, vi que una niña se dirigía hacia mí.
Era muy guapa, de piel muy clara, pelo rubio y rizado y los ojos verdes. Le saludé:
- Hola peque.
+Hola, ¿juegas conmigo?-me preguntó.
-Vale venga, pero... ¿a qué?

+Quiero que vengas conmigo a mi mundo, y echamos una carrera de unicornios, ¿te apetece?
-Muchísimo, aunque no se si voy a saber llegar...

Entonces la niña sacó de su bolsillo una cajita de joyas y me dijo:
+Para entrar solo necesitas la llave.

Abrió la cajita de madera y ante mi sorpresa vi que estaba vacía. Ahí me di cuenta de que la llave era la
imaginación. Fue un reto difícil pero al final conseguí entrar en aquel precioso mundo, con un castillo en las nubes, por donde vuelan unicornios en un paseo de arco iris.

Un precioso mundo en el que aquella niña estaba acostumbrada a vivir.

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