martes, 26 de abril de 2011

Prince Blue.

Cuando era pequeña me imaginaba la vida como los cuentos que mi madre, todas las noches, me leía. Un príncipe azul se iba a enamorar tan perdidamente de mí como yo de él. Nos iríamos en caballo a un castillo y comeríamos perdices. Pero a medida que vas creciendo te vas dando cuenta que la vida no es como los cuentos de hadas y que los príncipes azules, al final, se acaban volviendo grises.

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